Exactamente tenía un margen de 2 horas para probar un poco de fortuna, así que preparé el material de pesca submarina y esta vez seleccioné a Yul, en honor a mi perro de adolescente, un cruce que dio a un perro negro con alguna mancha blanca, un todo terreno, al igual que el mares sten 100 que en su día me preparó Ramón (Karayo). Allí en aguas de Mazarrón probaría una zona donde el año pasado me llevé bastantes alegrías.
Al ser el tiempo limitado a esas 2 horas, me llevé el traje de 5 mm, pero simplemente porque iba a estar poco tiempo, ya que el agua este año está más fría (o yo más viejo y tengo más frío que otros años). Al entrar el agua, compruebo que los apaños al viejo traje funcionan. EL agua bastante quieta, turbia, señal que el agua ha estado varios días pegando fuerte. Aunque esté bastante parada el agua, la visibilidad está en ese punto que me encanta, ni clara ni espesa, solo en su justa medida. Hay bastante comezón y mujoles de pequeño tamaño. Ahora solo faltaba los peces con hambre de comer. A los 5 minutos de estar haciendo acechos, me encuentro de sopetón un mero precioso, quieto en el ángulo de una L. Lo primero que se me vino a la mente esto no puede ser real, así de fácil no puede ser. Acto seguido me invade la duda de disparar en baja como lo llevaba o en alta, por el tamaño del mero, estoy muy cerca de él, no merece la pena subir potencia, me sobra… bye bye, el mero tuvo que adivinar que estaba despejando la incógnita, pues no vi ni donde se metió, tan solo oí ppprrrrrrrrun, que arrancada espectacular se metió el gordinflón este del carajo.
Apenas 2 apneas más allá, en un acecho localizo a una lubina, pero está muy nerviosa y siempre en huida, no consiguiendo que se girase, ni cortarle el paso. Intento un tiro de cola ya en el final de la apnea pero fallo. Ya en superficie me digo, a ver rápida debía ser la salida pero fallar tan rápidas… No es plan. Y como dice el dicho, no hay 2 sin 3. Esta vez me veo otra lubina a mis espaldas, de nuevo nerviosa y huyendo, encaro la varilla como puedo, e intento un tiro de cola medio girado, si el otro era ya complicado éste ni de coña, lo dicho no hay 2 sin 3. 3 buenas oportunidades desperdiciadas, y mira que este año me está costando ver pescado. Ya que todas las preocupaciones en esta vida fuese fallar unos pescados. Así que a por otras oportunidades y a reírme de mis fallos y de lo que el destino ha fijado para mi; más que reírme, reescribo esta afirmación, más bien se trata de ser una pizca feliz
Felicidad a parte, la salida tenía una pinta de comerme una porraca de la leche, cuando de nuevo vuelvo a ver el reflejo plateado, y no uno, sino 2. Era un par de lubinas, nerviosas como las anteriores sin ninguna intención de acercarse curiosas como en otras muchas veces. Ya cansado de tiros a la huída y que el primer quiebro que hace no es dirección aguas abiertas, mi prioridad no es reducir la distancia, sino más bien cortale el paso a aguas abiertas. Una vez logrado esto, falta encarar a la lubina y atinar. Consigo ir reduciendo la distancia entra la lubina y yo, y llega el momento clave. Decido intentarlo justo después del quiebro que me diese la mínima oportunidad de intentar un tiro en zona buena. Cuando Yul escupe la varilla sale la lubina dirección aguas abiertas pasando por debajo de mi pecho. No si habré fallado de nuevo, es mi sensación inicial, pero al ver como cambia de dirección y empieza a marcar una circunferencia con retorno hacia la posición inicial, tengo claro que está tocada y en el hilo. Una vez recuperada aun me sentía más feliz que hace un rato, había logrado pescar una lubina. Ya hacía algún mes que no pasaba ninguna por la cocina. Antes de salir del agua me da tiempo a fallar otra lubina y esta si era de las fáciles y que se queda después del tiro dando vueltas y mientras preparando de nuevo la varilla, aunque como ya me lo se, para ser sinceros ni corrí, en cuanto cargas ya no está.